Nací en Venezuela y desde hace bastante tiempo vivo en España. He viajado pero como ya dije nunca me he alejado de mi Océano; siempre ha estado presente en todos los sitios a los que he ido.
¿Por qué titulo mi entrada así? ¿Por qué digo me siento del Atlántico y no me siento venezolana o española? Sencillamente porque no me considero de ninguno de estos dos países, es decir, soy parte de los dos pero no se bien de donde soy.
Al principio, cuando llegue a España me costó mucho adaptarme, a pesar de que tenemos muchas costumbres parecidas; pero uno siempre extraña el lugar en donde nace y más si lo abandona teniendo ya plena conciencia. Como iba diciendo, los primeros años fueron muy difíciles para mí y además a esto hay que sumarle que sólo tenía aquí a mis padres, por lo que extrañaba demasiado al resto de mi familia y también a mis amigos. Me sentía sola, así que los primeros veranos siempre me iba a Venezuela porque me mataba la nostalgia.
Gracias a dios, es verdad lo que dicen por ahí de " el tiempo lo cura todo" y poco a poco me fui adaptando, haciendo amigos (maravillosos amigos), conociendo lugares, etc. Sin embargo, sigo sin sentirme de aquí, sigo sin encontrar mi sitio. Pero tampoco me regresaría a Venezuela, tanto por la situación, como por la sensación de que he perdido a parte de mis amigos e incluso familiares (la distancia es lo que tiene, ahí ves quien te quiere realmente).
Es tan duro emigrar, pero no sólo por el hecho de que tienes que enfrentarte a nuevas costumbres, clima, personas, etc.; sino porque terminas perdiendo parte de tu identidad, pierdes una parte de ti mismo, aunque a la vez esa parte que se vacía se llena con nuevas experiencias. Sí, es muy enriquecedor vivir en distintos lugares a lo largo de la vida, pero terminas por sentir que no perteneces a ningún lugar, terminas por convertirte en un ser híbrido, no eres ni de aquí ni de allá; no obstante, a la vez esto es grandioso.
Extraño tantas cosas del lugar que me vio nacer, que me vio dar mis primeros pasos, mis primeros triunfos, mis primeras derrotas, mis primeros amores. Extraño tantas cosas del lugar que me dio la base sólida sobre la que he construido hoy mi vida. A la vez agradezco tanto de estar donde estoy, en el lugar que me ha hecho madurar, que me ha brindado oportunidades para crecer, que me ha permitido poder salir adelante. Es como si Venezuela fuese mi madre y España mi padre (siempre juntos en mi corazón, una me dio las bases y la otra me impulsó a crecer), y ambas forman parte de mi familia que es el Atlántico.
Creo que estamos en el lugar adecuado en el momento adecuado. La vida nos va guiando y llevando hacia donde necesitamos estar para aprender distintas lecciones. Siempre extrañare de Venezuela grandes cosas (como mi familia y amigos) y otras pequeñas (como simplemente oír el sonido de los grillos por la noche), y siempre agradeceré a España todos los caminos que me ha abierto.
Por todo eso y más, yo soy del Atlántico, un lugar mágico, especial y lleno de muchas etnias, costumbres, paisajes, climas, sueños...
Nota: imágenes tomadas de la red.